El plasma rico en plaquetas (PRP) es una novedosa
herramienta terapéutica de naturaleza autóloga que ha surgido con fuerza en los
últimos años debido a mediáticos éxitos terapéuticos en deportistas de élite.
Famosos jugadores profesionales de fútbol americano, Tiger Woods, Xavi o Rafael
Nadal, entre otros, deben, en parte, sus “milagrosas” recuperaciones deportivas
al empleo de este tratamiento. El PRP es un tratamiento bastante destacado en
los congresos de Traumatología y Medicina Deportiva en los que, a pesar de la
controversia que suscita, progresivamente despierta un creciente interés debido
a su supuesta eficacia y aparente inocuidad.
Nadal necesitó del PRP para tratar sus rodillas |
Existen opiniones de expertos a favor y en contra del uso de
esta terapia.
Su objetivo terapéutico comprende eminentemente las tendinopatías y entesopatías crónicas, si bien su abanico de indicaciones está en
continua expansión aplicándose con éxito a múltiples dolencias, entre ellas, a
la artrosis de rodilla. Su relativo bajo costo, su fácil manejo, su
utilidad en procesos patológicos esquivos a los tratamientos convencionales y
su aparente inocuidad hacen del PRP
una seductora alternativa terapéutica a considerar en el arsenal terapéutico.
Acción
El PRP debe su interés terapéutico al papel decisivo de las
plaquetas en el proceso de curación y
reparación de la herida tisular. Este papel reparador no está relacionado
con las plaquetas por sí mismas sino, más bien, con los factores de crecimiento
(FC) liberados por sus gránulos α, poseedores de múltiples propiedades. La reparación de la herida tisular es un
proceso complejo en el que coexisten, secuencial y solapadamente, una gran
variedad de funciones celulares como la quimiotaxis, la angiogénesis, la
proliferación celular, la formación de matriz extracelular y la acción
“limpiadora” macrofágica. Estas funciones forman un complejo entramado en el
que clásicamente se distinguen 3 fases relativamente bien diferenciadas:
inflamación, proliferación y remodelado.
Preparación
El PRP se define como una fracción del plasma centrifugado
que contiene una concentración de plaquetas unas 5 veces superior a la de la sangre
periférica.
La preparación consiste en la extracción de sangre
del paciente, centrifugación de la muestra y separación de la
fracción con plasma y concentrado de plaquetas. Siempre se separan las células
rojas. Se extraen aproximadamente 20-30ml
de sangre periférica que se centrifuga a 3.200 revoluciones por minuto
durante 15min. El resultado son aproximadamente 2-3ml de plasma enriquecido en
plaquetas.
El preparado de PRP puede aplicarse como infiltración
local, como infiltración intraarticular o como gel de fibrina
rico en plaquetas, siendo esta última forma más sólida y más frecuentemente
utilizada en quirófano.
Indicaciones
La terapia con PRP ha sido aplicada en Traumatología a
lesiones de todos los tejidos del aparato locomotor: hueso, ligamento, cartílago, músculo y tendón. Se aplican con
frecuencia en las roturas de tendones, las tendinopatías crónicas, las lesiones
musculares, las lesiones focales del cartílago, la artrosis, las lesiones de
ligamentos y las fracturas y pseudoartrosis.
Las dosis y regímenes de administración varían en función de
la dolencia a tratar. En el caso de tendinopatías crónicas, la literatura
parece consensuar una única administración para epicondilitis, tendinitis
aquiliana y fascitis plantar. Sin embargo, serán 3 consecutivas (una cada 2
semanas aprox.) cuando se trate de una tendinopatía rotuliana crónica. Para
tratar la artrosis de rodilla, la
mayoría de los autores coinciden en que el número idóneo de aplicaciones en
estos casos debe ser 3; sin embargo, no existe unanimidad acerca del intervalo
de administración, reportando buenos resultados tanto con una periodicidad
semanal, como trisemanal. También es muy útil en las patologías del hombro.
Se pueden considerar como contraindicaciones la
trombocitopenia, los tratamientos anticoagulantes, el cáncer, la infección
activa o el embarazo. El proceso es muy seguro, no se han publicado efectos adversos importantes, pero
pueden existir las complicaciones locales secundarias a cualquier
infiltración. El riesgo de infección es mínimo, debido a la actividad
bactericida del plasma, pero deben extremarse las medidas de asepsia.
Aplicación en codo para paciente con "codo de tenista". |
Conclusiones
El PRP es una novedosa herramienta terapéutica que cuenta
con argumentos a favor y en contra para su uso. Sus defensores ponderan entre
sus máximas virtudes su naturaleza autóloga como garantía de inocuidad y de un
excelente perfil de seguridad.
Los detractores refieren que aún no hay estudios realizados
que confirmen su eficacia.
Creo que, dada la inocuidad y seguridad del tratamiento, es
una opción válida a tener en cuenta si otros tratamientos han fracasado o para
retrasar una cirugía. Es importante que el profesional médico ofrezca una
adecuada explicación sobre el tratamiento y de las expectativas, a veces
desmedidas, del paciente.
El mayor peligro en las nuevas terapias es el uso
extendido a cualquier patología. En cada paciente se debe evaluar el tipo
de lesión y valorar la posibilidad de éxito de las múltiples herramientas que
tenemos a nuestra disposición para tratar la misma.
Hasta la próxima.
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