Una de las mayores preocupaciones de los pacientes, y de los
cirujanos, previo a la cirugía de reemplazo de cadera, son las infecciones.
Cada vez se toman más medidas preventivas y cuidados, lo cual hace bajar el
índice de infecciones, pero obviamente no se llega a un índice cero.
Los cortes
producidos durante una cirugía alteran una de las principales funciones de la
piel: actuar como barrera natural frente a los microorganismos del medio.
Hasta que se produzca la cicatrización de una herida quirúrgica, la abertura en la piel puede facilitar la
entrada de gérmenes. Si esto sucede y las infecciones no se tratan de
manera adecuada, los riesgos para la salud del paciente pueden ser
importantes.
El grado de penetración de los organismos determina los
síntomas y la gravedad de una infección:
• Si es superficial,
puede producir un enrojecimiento que
rodea una parte de la herida, malestar o dolor, inflamación o supuración.
Puede tratarse con antibióticos por vía oral.
• Las de mayor
profundidad, afectan a los músculos subyacentes y pueden causar la muerte del tejido que rodea
la herida (músculo, tejido conjuntivo o huesos). Estos casos pueden
requerir un desbridamiento quirúrgico y tratamiento antibiótico.
Factores de riesgo:
- Diabetes
- Tabaquismo
- Obesidad importante
- Alteración de la función inmune
- Desnutrición
- Operaciones practicadas con urgencia
- Intervenciones muy prolongadas
- Abordajes amplios
- Cirugías previas en la zona (revisiones de prótesis de
cadera o rodilla)
Cómo prevenir la infección de una herida
Para evitar las infecciones por una cirugía, es necesario
adoptar medidas preventivas antes, durante y después del procedimiento:
- Usualmente, los cirujanos recomiendan al paciente bañarse
con un jabón antiséptico desde 3 días antes.
- Actualmente no se aconseja afeitar la zona quirúrgica a
menos que la presencia de vello altere el acceso a la misma o el campo
visual. Se comprobó que el rasurado produce microtraumas en la piel y aumenta
el riesgo de infección de la herida. Si hay que eliminar el vello, se debe
hacer justo antes de la intervención
(en el quirófano) y de preferencia con máquinas cortadoras eléctricas.
- La limpieza del quirófano es crítica para eliminar
microorganismos (sanatorios reconocidos).
- Uso juicioso de antibióticos: Los antibióticos
se administran de 30 a 60 minutos antes de realizar la incisión y se suspenden
dentro de las 24 horas siguientes a la operación.
- Se ha descubierto que un 25% de las personas son
portadoras de Staphylococcus aureus
(germen presente más frecuentemente en las infecciones) en las fosas nasales,
por lo que se recomendaría alguna crema (Mupirocina) de 2 a 3 veces por día a
partir de unos 3 días previos a la cirugía. Incluso también en los pliegues.
- Chequeos previos con infectólogos y odontólogos.
- Luego de una cirugía, es importante desinfectar la herida
usando una solución antiséptica, como la iodopovidona.
- En cuanto a si se debe o no cubrir la herida, la
literatura disponible sobre el tema es escasa, pero hay consenso en que la
herida se debe mantener cubierta durante las primeras 24 a 48 horas, porque en
ese lapso se lleva a cabo la formación de coágulos y la neoangiogénesis propia
del proceso de cicatrización; por lo tanto, se justifica mantener la herida
cubierta y evitar que se manipule, a menos que los apósitos estén mojados con
exudado y haya que cambiarlos.
- Tratar de ser
expeditivo en la cirugía y sin excederse con la incisión. A menor tamaño de
herida y menor tiempo de duración de cirugía, menos riesgo de infección.
Hasta la próxima.
Dr. Leandro Nuñez