La infiltración de ácido hialurónico (AH), también
denominada viscosuplementación, tiene el objetivo de disminuir el dolor
articular y mejorar el estado funcional de la articulación artrósica o
degenerativa, más particularmente, la rodilla.
Introducción
A pesar de que la artrosis es la afección del sistema
musculoesquelético de consulta más frecuente, su manejo es aún controvertido
dado los múltiples enfoques disciplinarios que involucra. Se considera
que el 30% de la población entre 30 y 64 años y 85% de los mayores de 65
años tienen signos radiográficos y manifestaciones clínicas de artrosis.
La artrosis se produce por el desequilibrio entre la síntesis y la degradación de los componentes
de la matriz del cartílago hialino. Empieza afectando a la capa más superficial
del cartílago haciendo que pierda su
capacidad de retener agua y de mantenerse hidratado perdiendo su capacidad
de resistencia.
El segundo proceso más importante es la inflamación que aparece y contribuye de manera notable a la
progresión del proceso artrósico.
Estos cambios repercuten en la viscoelasticidad del líquido
sinovial, con el consecuente impacto negativo en la biomecánica del cartílago
articular, volviéndolo vulnerable a la compresión, tensión y cizallamiento
durante el desarrollo de la función articular.
¿Qué es el ácido hialurónico?
El ácido hialurónico es una sustancia viscosa y elástica que
normalmente fabrica la articulación y que compone el líquido sinovial. En su
estado normal, este líquido es muy rico en ácido hialurónico, y lubrifica
las superficies cartilaginosas y las protege de los golpes. Durante la
artrosis, el líquido sinovial pierde ácido hialurónico, lo que hace al
cartílago más vulnerable a las fuerzas de fricción y compresión.
Una rodilla sana contiene dos mililitros de líquido
sinovial, con una concentración de AH de 2.5 a 4.0 mg/ml. En la artrosis, la
concentración se reduce de la mitad a un tercio del valor normal.
El AH regula las diferentes actividades celulares a través de
receptores específicos e interacciones con la matriz extracelular. Es por ello,
que la inyección intraarticular de AH debería, teóricamente, contribuir a
restaurar las propiedades del líquido sinovial protegiendo a la articulación
artrósica del deterioro.
Infiltraciones con Ácido Hialurónico
Se utiliza para recuperar la viscoelasticidad del
líquido sinovial que se pierde en el proceso artrósico y hace que el cartílago
esté más desprotegido hasta para los pequeños traumatismos de la vida diaria.
El principal objetivo
es mejorar las condiciones de la articulación evitando el rozamiento
articular y descargando al hueso subcondral de la presión aumentada por la
pérdida del cartílago hialino, por lo que se consigue un alivio sintomático del
dolor y mejora la función articular.
Mejora la lubricación articular, mantiene la separación de
las superficies articulares actuando como un relleno de apoyo viscoelástico y
amortigua la carga en beneficio de la integridad del cartílago.
Indicaciones
Se utiliza en pacientes con articulaciones que
presentan cambios degenerativos, artrosis o afectación del cartílago. Su
uso más extendido es la rodilla aunque se va acrecentando la utilización en
cadera, tobillo y hombro.
Cada vez más en deportistas de alto nivel con condropatía
rotuliana u otras localizaciones, estas infiltraciones suponen otra herramienta
para mejorar su funcionamiento, así como en pacientes que quieren intentar
alternativas menos invasivas independientemente de su estadio clínico.
¿Cómo se
administra?
El tratamiento suele consistir en inyecciones que se
administran con distinta frecuencia dependiendo de la concentración y la marca.
La primera vez puede sorprender la sensación de la aguja en la rodilla, pero no
es más molesta que el pinchazo de un análisis de sangre. Sus efectos no son
inmediatos.
Los beneficios empiezan a notarse aproximadamente un mes
después de la primera inyección y duran unos seis meses. Al final de este período,
si médico y paciente consideran que el resultado ha sido bueno, se puede
repetir el tratamiento.
Pero, aunque los
síntomas mejoren, el ácido hialurónico no
cura la artrosis. Puede mejorar la lubricación de la articulación y la
capacidad de amortiguación, pero no restaura el cartílago dañado. Por ello,
conviene recordar que no es un sustituto sino un complemento de otros
tratamientos y recomendaciones.
Particularmente, prefiero combinar la infiltración de AH con
el Plasma Rico en Plaquetas, para mejorar los resultados a largo plazo, máxime
en los casos de artrosis incipiente.
Hasta la próxima.
www.caderacirugia.com.ar
@drleanunez
Interesante tratamiento para pacientes con estos problemas. Se está estudiando mucho acerca del acido hialuronico por sus propiedades y este tipo de entradas son sumamente útiles
ResponderEliminarSoy lector asiduo del blog
Muchas gracias por compartir