viernes, 4 de julio de 2014

Tratamientos con Ácido Hialurónico

La infiltración de ácido hialurónico (AH), también denominada viscosuplementación, tiene el objetivo de disminuir el dolor articular y mejorar el estado funcional de la articulación artrósica o degenerativa, más particularmente, la rodilla.


Introducción

A pesar de que la artrosis es la afección del sistema musculoesquelético de consulta más frecuente, su manejo es aún controvertido dado los múltiples enfoques disciplinarios que involucra. Se considera  que el 30% de la población entre 30 y 64 años y 85% de los mayores de 65 años tienen signos radiográficos y manifestaciones clínicas de artrosis.
La artrosis se produce por el desequilibrio entre la síntesis y la degradación de los componentes de la matriz del cartílago hialino. Empieza afectando a la capa más superficial del cartílago haciendo que pierda su capacidad de retener agua y de mantenerse hidratado perdiendo su capacidad de resistencia.
El segundo proceso más importante es la inflamación que aparece y contribuye de manera notable a la progresión del proceso artrósico.
Estos cambios repercuten en la viscoelasticidad del líquido sinovial, con el consecuente impacto negativo en la biomecánica del cartílago articular, volviéndolo vulnerable a la compresión, tensión y cizallamiento durante el desarrollo de la función articular.




¿Qué es el ácido hialurónico?

El ácido hialurónico es una sustancia viscosa y elástica que normalmente fabrica la articulación y que compone el líquido sinovial. En su estado normal, este líquido es muy rico en ácido hialurónico, y lubrifica las superficies cartilaginosas y las protege de los golpes. Durante la artrosis, el líquido sinovial pierde ácido hialurónico, lo que hace al cartílago más vulnerable a las fuerzas de fricción y compresión.
Una rodilla sana contiene dos mililitros de líquido sinovial, con una concentración de AH de 2.5 a 4.0 mg/ml. En la artrosis, la concentración se reduce de la mitad a un tercio del valor normal.
El AH regula las diferentes actividades celulares a través de receptores específicos e interacciones con la matriz extracelular. Es por ello, que la inyección intraarticular de AH debería, teóricamente, contribuir a restaurar las propiedades del líquido sinovial protegiendo a la articulación artrósica del deterioro.


Infiltraciones con Ácido Hialurónico

Se utiliza para recuperar la viscoelasticidad del líquido sinovial que se pierde en el proceso artrósico y hace que el cartílago esté más desprotegido hasta para los pequeños traumatismos de la vida diaria.
El principal objetivo es mejorar las condiciones de la articulación evitando el rozamiento articular y descargando al hueso subcondral de la presión aumentada por la pérdida del cartílago hialino, por lo que se consigue un alivio sintomático del dolor y mejora la función articular.
Mejora la lubricación articular, mantiene la separación de las superficies articulares actuando como un relleno de apoyo viscoelástico y amortigua la carga en beneficio de la integridad del cartílago.


Indicaciones

Se utiliza en pacientes con articulaciones que presentan cambios degenerativos, artrosis o afectación del cartílago. Su uso más extendido es la rodilla aunque se va acrecentando la utilización en cadera, tobillo y hombro.
Cada vez más en deportistas de alto nivel con condropatía rotuliana u otras localizaciones, estas infiltraciones suponen otra herramienta para mejorar su funcionamiento, así como en pacientes que quieren intentar alternativas menos invasivas independientemente de su estadio clínico.


¿Cómo se administra?

El tratamiento suele consistir en inyecciones que se administran con distinta frecuencia dependiendo de la concentración y la marca. La primera vez puede sorprender la sensación de la aguja en la rodilla, pero no es más molesta que el pinchazo de un análisis de sangre. Sus efectos no son inmediatos.
Los beneficios empiezan a notarse aproximadamente un mes después de la primera inyección y duran unos seis meses. Al final de este período, si médico y paciente consideran que el resultado ha sido bueno, se puede repetir el tratamiento.
Pero, aunque los síntomas mejoren, el ácido hialurónico no cura la artrosis. Puede mejorar la lubricación de la articulación y la capacidad de amortiguación, pero no restaura el cartílago dañado. Por ello, conviene recordar que no es un sustituto sino un complemento de otros tratamientos y recomendaciones.



Particularmente, prefiero combinar la infiltración de AH con el Plasma Rico en Plaquetas, para mejorar los resultados a largo plazo, máxime en los casos de artrosis incipiente.

Hasta la próxima. 

Dr. Leandro Nuñez

www.caderacirugia.com.ar
@drleanunez

1 comentario:

  1. Interesante tratamiento para pacientes con estos problemas. Se está estudiando mucho acerca del acido hialuronico por sus propiedades y este tipo de entradas son sumamente útiles

    Soy lector asiduo del blog


    Muchas gracias por compartir

    ResponderEliminar