No hay nada más lindo que ver a un abuelo jugando con sus nietos, la sonrisa que se dibuja en los rostros de los niños al jugar con ellos y las caritas al escuchar las historias de sus vidas. Muchas veces, la gente mayor intenta agacharse o jugar a la pelota pese a las dificultades que puedan tener por sus problemas artrósicos o demás.
Nosotros, como profesionales, tenemos la mayor gratificación que surge tras el agradecimiento del paciente al poder ayudarlos a devolverles “esos momentos únicos e irrepetibles” que tanto disfrutan. El moverse o manejarse sin dolor.
En lo particular, no hablo de política. Nunca me gustó. Aunque hay algo que se está sintiendo y viviendo desde hace unos años, y no se avizoran vientos de cambio, por lo menos en el corto plazo.
Es muy común, hoy en día, ver en el consultorio pacientes mayores que por su edad, y sumado a cuestiones económicas, no logran tener una buena cobertura médica o son afiliados al PAMI.
Si bien cabe aclarar que, como profesional privado, atiendo en consultorios que no están afiliados a ningún tipo de cobertura para estos casos, me resulta complejo poder hablar del sistema público DESDE adentro, pero sabemos muy bien que no está bien la situación.
Es muy común escuchar que por PAMI tienen demoras de meses para poder ver a un especialista, sufren largas colas para que los atiendan, se fracturan la cadera y permanecen varios días internados hasta tener el material para la cirugía, con las complicaciones que esto puede acarrear. No es infrecuente ver pacientes relativamente jóvenes (70-75 años), aún activos que se fracturan la cadera y les colocan prótesis de cadera PARCIALES que ya NO se usan, salvo muy raras excepciones (pacientes que casi no deambulan o demasiado mayores).
Esta situación lleva a que el paciente a los 6 meses o al año sienta dolores por el desgaste. Al concurrir a una consulta, en busca de otra opinión, encuentran la noticia que menos esperan, “volver a ser operados y que se deba colocar una prótesis TOTAL”.
Lamentablemente, no encuentro una solución, para que estos servicios sean igualados como otros pacientes de prepagas o afiliados. Y el único medio que resta es acudir por la atención privada, con el alto costo resultante. Algunos pueden afrontarlo, muchos no.
Desde nuestra vocación y viendo la gran demanda que hay en el consultorio de pacientes afiliados al PAMI, decidimos aportar nuestro granito de arena, y ayudarlos con atención preferencial.
Creemos que lograr una atención especial para nuestros abuelos es lo que un profesional puede generar con pequeños gestos, grandes cambios y un mejor estilo de vida.
Puede comunicarse a nuestro consultorio y dentro de los días y horarios establecidos pedir un turno para su consulta.
Hasta la próxima.
Dr. Leandro Nuñez
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