La displasia de cadera es el desarrollo anormal de la unión
que hay entre la cabeza del fémur y la cavidad de la pelvis donde encaja
(acetábulo). Como consecuencia se produce un desplazamiento de la cabeza del
fémur hacia fuera.
El hueso del fémur se puede salir de la cavidad de manera
intermitente por inmadurez o de manera permanente (llamada cadera luxada).
Esta enfermedad se presenta en 3-5 de cada 1000 recién
nacidos, y es más frecuente en niñas.
Su causa se desconoce. Se la ha asociado con la falta de
fuerza de los ligamentos inducida por las hormonas maternas, la escasez de
líquido amniótico durante el embarazo, una mala postura del feto en el útero
materno, el carácter hereditario, etc.
Existen unos marcadores de alto riesgo de padecer displasia
de cadera:
•
Antecedentes familiares de la enfermedad.
•
Parto de presentación de nalgas.
•
Sexo femenino.
Además hay unos factores que predisponen para
padecerla como:
- ser primogénito
- parto por cesárea
- partos múltiples
- ser prematuro/a
- sobrepeso al nacer
- deformidades faciales
- deformidades de pies
- escoliosis
- en general, cualquier tipo de malformación congénita.
Diagnóstico
El diagnóstico precoz es fundamental para un tratamiento
correcto antes de que el niño empiece a caminar. Será el pediatra el que lo
diagnostique desde la sala de parto y en los sucesivos controles.
En cada revisión se explorará de manera minuciosa las
caderas, valorando el movimiento espontáneo de las piernas, la longitud de las
mismas y la asimetría de los pliegues.
Actualmente, se destaca el uso de la ecografía para
detectarla y tratarla correctamente.
Tratamiento
El tratamiento depende del momento del diagnóstico de la displasia
y de su gravedad.
Cuanto antes se inicie, mayor es la posibilidad de una buena
respuesta y una curación completa.
En menores de 6 meses el tratamiento consiste en un arnés
de Pavlik. Es un dispositivo compuesto por unas correas que van sujetas a
una especie de faja que rodea el pecho del bebé. Es inocuo y bien tolerado, y
el Traumatólogo infantil debe instruir a los padres sobre su correcta
colocación y ajuste para lograr la posición adecuada.
La duración del tratamiento es variable (de 2-4 meses),
hasta que se recoloca el fémur en la cadera. Con esta técnica se resuelven
hasta un 90% de los casos.
En mayores de 6 meses el tratamiento es más complejo,
en algunos casos requiere una tracción continua de la extremidad con un sistema
de poleas, seguido por cirugía. Y después de la misma, se colocará una férula
en las piernas del niño durante un tiempo.
A pesar del tratamiento pueden quedar secuelas en el
movimiento.
ADULTOS
Cuando se pasa por alto esta patología en la infancia, o no
es tratada a tiempo, en la edad adulta el paciente va a presentar síntomas.
Para el diagnóstico de la displasia de cadera del adulto es
necesario hacer exámenes que incluyan una evaluación de la marcha, medir la
longitud de las extremidades, determinar la potencia muscular, los arcos de
movilidad y hacer pruebas especiales.
Las radiografías simples en proyección anteroposterior (AP)
de la pelvis y laterales de cadera son los primeros pasos en la evaluación por
imagen.
El tratamiento de la
displasia de cadera en el adulto se orienta hacia preservar la articulación y
reducir el dolor que experimenta el paciente. Cuanto antes se diagnostique esta
enfermedad mayores opciones de tratamiento existirán. Existen dos tipos de
intervenciones, las cirugías que preservan la articulación y la cirugía en el
que se reemplaza la cadera, mediante una prótesis de cadera, y está indicada
cuando la articulación de la cadera está muy deteriorada.
Está totalmente contraindicada la artroscopía de cadera en
estos pacientes, ya que lo único que se logra es generar una mayor
inestabilidad de la cadera.
Las osteotomías tienen cada vez una indicación más limitada,
debido a la morbilidad que generan y al advenimiento de nuevos materiales para
las prótesis de reemplazo articular.
La artroplastia es una excelente forma de tratamiento a
pesar de que las anormalidades anatómicas asociadas aumenten la complejidad
técnica y disminuyan en los jóvenes las posibilidades de longevidad del
implante.
Hasta la próxima.
Dr. Leandro Nuñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario