El reemplazo total articular ha supuesto una revolución en
el tratamiento de la artrosis en la segunda mitad del siglo XX. Este avance ha
hecho que los pacientes muy impedidos físicamente, puedan volver a caminar,
dejando de lado sus muletas o las sillas de ruedas.
Los diseños cada vez buscan funciones más fisiológicas,
mejorando el estrés en la transferencia de cargas entre el implante y el hueso,
lo que evitará la pérdida de stock óseo de cara a una cirugía de revisión.
Esta intervención consiste en resecar el cartílago y el
hueso destruido por la artrosis y sustituirlo por un implante que haga las
funciones de la rodilla, y sin dolor.
La artroplastia total de rodilla es una técnica que se ha
universalizado desde los años 70, para el tratamiento de los pacientes que
sufrían procesos degenerativos en dicha articulación. Los resultados y la
supervivencia de las prótesis iban en aumento conforme se desarrollaban mejores
materiales y se depuraba la técnica quirúrgica. En el afán de acelerar la
recuperación de los pacientes, los abordajes (entendiendo por abordaje no sólo
la incisión cutánea sino todo el tratamiento de las partes blandas) se han ido
reduciendo. Si hay una menor agresión a
los tejidos, la recuperación será más rápida.
La artroplastia total de rodilla con abordaje mínimamente invasivo les permite a los pacientes mejorar
considerablemente su nivel de calidad de vida ya que puede ayudarlos a reducir
el dolor, recuperar una mayor movilidad y mejorar su capacidad de movimiento. Tan
solo unas horas después de la cirugía, los pacientes se pueden levantar y
comenzar un tratamiento de terapia física el mismo día en que se completa el
procedimiento o máximo a las 24 horas.
Otra de las ventajas de esta nueva técnica es que reduce el
período de hospitalización (menos de 4 días). La técnica de cirugía mínimamente
invasiva requiere una incisión más pequeña y un protocolo más avanzado para el
manejo del dolor.
Al utilizar una técnica que solamente requiere una pequeña incisión y menos cortes en el
músculo, los pacientes se pueden recuperar más rápido y logran, en última
instancia, mejorar su capacidad de movimiento.
La cirugía estándar
para el reemplazo total de la rodilla demora entre 90 minutos y dos horas. Este
procedimiento, por lo general, demora menos una hora.
Actualmente, existen nuevos modelos de prótesis, incluso se
destacan las que permiten una mínima
resección ósea, conservando mayor cantidad de hueso para eventuales futuras
reoperaciones, y cuya técnica quirúrgica es más sencilla.
Podemos concluir que hoy en día ha avanzado mucho la calidad de las
prótesis de rodilla, permitiendo conservar más hueso y hacer incisiones más
pequeñas. Esto conlleva a menos complicaciones, y a una rehabilitación más
rápida y mejor tolerada.
Hasta la próxima.
Dr. Leandro Nuñez
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