Una de las mayores inquietudes de los pacientes candidatos a
realizarse una cirugía de cadera es la anestesia que se va a utilizar. Hay
pacientes que sienten pánico a la anestesia, haciendo honor al mito instalado
de hace varios años, temiendo “no despertarse”. Nada más alejado de la
realidad. Actualmente es un procedimiento seguro y con muy bajo riesgo.
Para el reemplazo de cadera pueden utilizarse 2 tipos de
anestesia: raquídea (o espinal) y general. En la inmensa mayoría se tiene
preferencia por la anestesia raquídea. Este método es rápido y simple de
realizar. Consiste en inyectar una solución anestésica a nivel de la columna
vertebral, para que actúe directamente sobre los nervios de la médula espinal.
Ejerce efecto anestésico de la cintura hacia abajo. Ha demostrado tener muchas
ventajas con respecto a la anestesia general para este tipo de cirugía, ya que
está asociada a menor sangrado tanto intra como postoperatorio, menor tasa de
complicaciones como trombosis y ayuda a controlar mejor el dolor en el
postoperatorio inmediato por 2 a 3 horas. Además, como es una anestesia
limitada a una región, el resto de las funciones corporales prácticamente no se
altera. Esto es muy conveniente en los pacientes que padecen de enfermedades
delicadas, como hipertensión, diabetes o problemas pulmonares. El paciente
incluso puede permanecer despierto, aunque es preferible acompañar el
procedimiento con una sedación (no es muy lindo que el paciente escuche qué
hizo el cirujano durante el fin de semana, o que escuche algunos improperios).
La anestesia general consiste en exponer al paciente a un
medicamento anestésico, ya sea aplicado en la vena o inhalado, con el fin de
provocar un efecto anestésico en todo el cuerpo. Con esta anestesia, el
paciente permanecerá inconsciente durante la operación. Es una anestesia mucho
más compleja y delicada. Frecuentemente, con el fin de que los pulmones reciban
el oxígeno suficiente durante el acto quirúrgico, el anestesiólogo introducirá
una sonda o tubo por la boca o la nariz hasta la parte superior del aparato
respiratorio. Este procedimiento se realiza una vez que el paciente está
dormido y se retira antes que se despierte.
El encargado y responsable del control del paciente es el
anestesiólogo quien con su presencia permanente y con la ayuda de equipos
denominados "monitores" brindarán una gran seguridad durante toda la
operación. Estos monitores van desde un simple aparato para medir la presión
arterial pasando por el registro continuo de los latidos cardíacos hasta llegar
a equipos más sofisticados que miden el oxígeno y anhídrido carbónico de la
sangre sin necesidad de agredir o punzar una arteria.
Hasta la próxima.
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